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lunes, 12 de julio de 2010

Extracto de Mein Kampf


(...)

En cientos de casos observé de cerca esa vida, viéndola al principio con repugnancia y protesta, para después comprender en toda su magnitud la tragedia de semejante miseria y sus causas fundamentales. ¡Víctimas infelices de las malas condiciones de vida!
Cuánto agradezco hoy a la Providencia haberme hecho vivir esa escuela; en ella ya no me fue posible prescindir de aquello que no era de mi complacencia. Esa escuela me educó pronto y con rigor.
Para no desesperar de la clase de gentes que por entonces me rodeaban fue necesario que aprendiese a diferenciar entre su manera de ser y su vida y las causas del proceso de su desarrollo. Sólo así se podía soportar ese estado de cosas y comprender que el resultado de tanta miseria, inmundicia y degeneración no eran ya seres humanos, sino el triste producto de unas leyes más tristes todavía. En medio de ese ambiente mi propia y dura suerte me libró de capitular en quejumbroso sentimentalismo ante los resultados de un proceso social semejante.

(...)

Quise recordar un espacio literario creado por uno de los estrategas -político y militares- más importantes de todos los tiempos, en virtud de que nuestra página es un territorio libre, en el que se destacan temáticas de cualquier orden, lógicamente, en las que se argumenten las cualidades fastas y relevantes de las mismas.

Este libro fue iniciado durante el año 1924, al interior de la prisión de Ladsberg, en Alemania, luego que pasara allí alrededor de ocho meses por el veredicto de "traición a la patria" (...) a causa del denominado Golpe de Munich.

No voy a referirme a la totalidad del texto, simplemente señalar el sustrato poético que amerita mi propia exégesis. La forma en que se plantean las condiciones que llevaron al autor a plasmar por escrito, las orientaciones nacionalsocialistas asumidas desde un imaginario propio, son estilísticamente hablando, notables. Además que bien puede asimilarse -las hermanas bacantes darán fe de ello- con el paso por distintos espacios educativos que suenan irrisorios y grotescos. Ellas saben a qué me refiero.

Asimismo, una cuestión que no es menor, es la de escribir en condiciones en las que bien se podría abjurar de antiguos juramentos políticos, si no fuera por la inmensa fuerza y desarrollo intelectual que experimenta una figura como Hitler, pese a que se le han adjudicado mayores situaciones nefastas, de las que realmente son.

Gracias y Salve, Hermanas.

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