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miércoles, 14 de julio de 2010

"El Canto de la Noche" de nuestro querido Nietzsche...

El canto de la noche.

Es de noche: a esta hora hablan más fuerte todos los manantiales. Y también mi alma es un manantial. Es de noche: sólo ahora se despiertan todas las canciones de los amantes. Y también mi alma es la canción de un amante. Hay en mí algo insatisfecho, algo insaciable, que quiere hablar. Hay en mí un ansia de amor, que habla asimismo el lenguaje del amor.

Luz soy: ¡Ay, si fuera noche! Mas ésa es mi soledad, estar circundado de luz. ¡Ay, si yo fuese noche y oscuridad! ¡Cómo iba a sorber de los pechos de la luz! ¡ Aun a vosotras os bendecería, pequeñas estrellas centelleantes, luciérnagas del cielo! Vuestros regalos de luz me darían la dicha. Pero yo vivo en mi propia luz, yo reabsorbo en mí las llamas que de mí brotan. Desconozco la felicidad del que recibe; con frecuencia he soñado que el robar debe ser más deleitoso que el aceptar.

En eso está mi pobreza: mi mano nunca descansa de dar. Ésta es mi envidia: ver ojos que aguardan con avidez y noches en vela de anhelo. ¡Malaventurados los que dais! ¡Oh, eclipses de mi sol! ¡Oh, anhelo de anhelar! ¡Oh, hambre devoradora dentro de la hartura! Ellos toman de mí: ¿pero toco yo siquiera su alma? Entre el dar y el aceptar media un abismo: el abismo más pequeño es el más difícil de salvar.

De mi belleza brota un hambre: yo quisiera dañar a aquellos a quienes ilumino, y robar a aquellos a quienes colmo de regalos. ¡Tanta es mi hambre de maldad! Retirar la mano cuando ya otra mano se extiende hacia ella; vacilar como la cascada antes de despeñarse – ¡Tanta es mi hambre de maldad! Tal venganza se imagina mi plenitud; tal maldad incuba mi soledad.

¡Mi gozo de dar murió a fuerza de dar, mi virtud se cansó de sí misma por su misma exuberancia! Quien siempre regala, expuesto está a perder el pudor; a quien siempre distribuye, la mano y el corazón se le encallecen de tanto repartir. Mis ojos no se inundan ya de lágrimas ante la vergüenza de los que piden; mi mano se ha endurecido, ya no siente el temblor de las manos ya llenas. ¿Adónde fueron las lágrimas de mis ojos y la gala de mi corazón? ¡Oh, soledad de los generosos! ¡Oh, silencio de los que brillan!

Muchos soles giran en los espacios vacíos. A todo lo que es oscuro le hablan con su luz,-para mí callan. ¡Ay, así es la enemistad de la luz contra lo que brilla: despiadada sigue su camino! Injusto en lo más hondo de su corazón contra cuanto brilla: frío para con los soles: así caminan todos los soles. Semejantes a huracanes, vuelan los soles por sus órbitas.

Siguen en su voluntad inexorable: ésa es su frialdad. ¡Ay, sólo vosotros, los oscuros y nocturnos, extraéis calor de lo que brilla, solamente vosotros bebéis la leche y consuelo de las ubres de la luz! ¡Ay, hielo que me rodea, hielo abraza mi mano¡ ¡Ay, en mí hay sed, que desfallece por vuestra sed! Es de noche: ¡ay, que yo tenga que ser luz! ¡Y sed de lo nocturno! ¡Y soledad!

Es de noche: a esta hora brota de mí mi deseo, cual una fuente. – Hablar es lo que deseo. Es de noche: a esta hora hablan más fuerte todos los manantiales. Y también mi alma es una fuente saltarina. Es de noche: a esta hora despiertan las canciones de los amantes, y también mi alma es la canción de un amante.”

Así habló Zarathustra
Friedrich Nietzsche


"Mayor felicidad hay en dar que en recibir..."
Leamos el opuesto de nuestro Nietzsche:
Con la llegada de la noche, nuestras sensaciones se dan con mayor intensidad: nuestra conciencia está clara y distinta, queremos recibir el manantial del alma. El Canto de la Noche, nos transporta a un mundo que no está en la misma línea del mundo en que los demás están; si las personas aman la luz y la relacionan con la sabiduría y hasta con el amor, en este texto, en cambio, se nos da a entender, que hay existencia en la oscuridad y vida en la soledad radical del que siempre da, de quien desconoce sentir que toquen su alma y desconoce quizás la misericordia del otro, que está tan ávido de recibir y recibir del otro, que es incapaz de ponerse en su lugar. Nietzsche nos despierta y nos asombra con aquello de la mano y el corazón se encallecen de tanto dar, no es lo que ocurre con quienes han sufrido de la enfermedad social llamada altruísmo, que tan de moda ha estado en ciertos períodos de nuestra mal llamada civilización. El Canto de la Noche es un llamado de atención a quienes creen que el dar sin recibir basta para ocupar un lugar en el cielo, si ese cielo índigo, carmesí o celeste que nos contaron y dependerá de tu personal creencia porque... Es de noche y a esta hora despiertan las canciones de los amantes y también mi alma es la canción de un amante...

Publicado por CRPD, Bacante Mayor.

2 comentarios:

  1. Gracias por la belleza del lenguaje. CASC

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  2. Luz y Noche

    Al pensar en la luz la relacionamos con lo Divino,con la vida,con lo sagrado y a todo lo que nos acerca al BIEN.En cambio, cuando hablamos de la Noche, aparecen en nuestras mentes seres como vampiros, hombres lobos, a quienes llaman "seres de oscuridad" cercanos a la maldad y soledad. Pero debemos preguntarnos:¿Cómo se puede pensar que la Noche es algo malo, siendo que es el refugio y el instante de muchos de nosotros para volver a reencontrarnos? Dejar nuestro cuerpo físico y volar al mundo de las ideas, que es único e incomparable y lo que nos hace individuos. La noche y su oscuridad no nos enceguese ni nos distrae, sino que nos permite replantear nuestros ideales, pero con honestidad porque no habrá otro que nos mida en lo que sentimos.
    ¿Acaso el que la luz nos debilite, con su excesivo destello y brillo, nos subyugue, nos aplaque...nos hace ser uno más del rebaño? porque estamos expuestos a quienes nos quieran controlar, nuestras ideas las perdemos. La luz nos indica qué mirar, qué pensar, qué debemos hacer, debemos ser obedientes ser obedientes ante su poder, nos pone al descubierto.
    ¿Qué es mas puro y cristalino? aquel que se refugia en en el bosque durante la noche, aquel que destruye sus ropas lanzando un aullido bajo la luz de la luna llena, mirando su reflejo en el agua y autoaceptándose a sí mismo como un hombre lobo o aquel que se escuda en una sonrisa y una respuesta complaciente, que no duda en dar su ayuda cuando nadie se lo ha pedido, en dar una opinión cuando no queremos escucharla. Son áquellos los que sienten pavor por la oscuridad, son aquellos que necesitan estar rodeados de mucha luz y una multitud al sentirse débiles en una zona de oscuridad, porque están sólos...
    Yo me identifico como el hombre lobo, no le temo a mi reflejo en el agua, bajo la luz de la luna, ni temo ser brusca y egoísta, si lo único que quiero es reencontrarme conmigo misma...y poder ver la realidad.

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