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domingo, 4 de septiembre de 2011

Die Well o la Interfaz de una Autocracia




"La Ola nos ha hecho iguales"... ..."Raza, religión y estatus ya no tienen importancia. Todos pertenecemos a un movimiento"



La Ola (Die Weller, 2008) se nos presenta como una mezcla de idealismo y de pasión que se entremezclan y se unifican en una sola idea: la disciplina moral.

En un principio, el contexto en cuanto a las características del Profesor, quien vivía la Paideia (Véase Werner Jaeger) porque hizo a sus alumnos vivir la Autocracia, experimentar lo que se siente, identificarse con un grupo; los hizo aceptarse a sí mismos y aceptar al Otro.

El problema comienza cuando el desequilibrio de algunos los hizo llegar al fanatismo, como sucede con las religiones, credos políticos. Su error fue formar espíritus dogmáticos, quienes, al no transigir con las diferencias individuales, se transformaron en verdaderos fanáticos. Cruzó la delgada línea entre la confianza y la confianza absoluta y ciega, al trabajar con adolescentes que, como tales, no tienen clara la experiencia del equilibrio, del justo medio (Léase Aristóteles).

Cada uno de esos jóvenes, al encontrar lo que estaban buscando -símbolo, saludo, uniforme- creyeron tener el mundo en sus manos, sin darse cuenta que el mundo jamás estuvo con ellos.


La esperanza de vida se concretó en sus quehaceres mundanos, al experimentar la lealtad y unión con su grupo; al luchar de manera vehemente por un gran y puro ideal: ser reconocidos y aceptados socialmente. No obstante, se les acusó y se les marcó como fascistas por quienes tenían vacíos sus espíritus, en cambio, el alma de este grupo de jóvenes estaba llena y aún deseaban algo más para sentirse completos.
En este sentido, podemos decir que el adolescente es indivdualista y egoísta; pues en el momento de mayor rigor, no estuvieron con su líder, ninguno de ellos se acercó a dar apoyo, sino que cada uno de ellos pensó en la tragedia de su propia vida. En relación con esto, podemos mencionar lo que ocurre con el prisionero de "El mito de la caverna" de Platón, quien luego de experimentar la verdad, vuelve a contarles a los demás su experiencia y es rechazado hasta el punto de destruirlo.





























martes, 26 de julio de 2011

Sobre la Mente Normal

Si hacemos ahora, justo en este momento, la analogía entre el Camino y nuestra propia Vida, quizás podamos comprender esta Enseñanza.



Al nacer, nos encontramos con la gran tarea de hacer nuestra vida, lo que es ya una gran responsabilidad, muchas veces agobiante, porque quizás algunos de nosotros nos encontramos en esa gran encrucijada y entonces aparece la eterna pregunta punzante y agotadora: ¿Nuestra vida está ya prefijda o simplemente tenemos que hacérnosla?.





Si mi mente no es La Mente Normal de la que el Sabio nos habla, entonces ¿De qué modo, podría yo con mis debilidades, con mis miedos y mis esperanzas marchitas, poder cumplir con esa gran Tarea?.



La meta última que para muchos como yo, nunca llega. estoy agazapada, escondida y con mucho desconsuelo esperando encontrar esa meta última y me enaltezco pensando que es simplemente vivir y avanzar, lo que nos lleva hacia el ocaso.





Quisiera cumplir con esta Enseñanza, sentirme sana, completa, feliz. Entiendo, lo entiendo, pero no puedo experimentarlo. Estoy en el medio de todo y de nada, a la vez, con temor a tomar mi camino. Creo que nunca lo hice, y ahora que ya es muy tarde, estoy cubierta de la enfermedad que también me rodea, que me toma por el cuello, que me asfixia y me quita la esperanza de poder vivir. Hace mucho tiempo que todo terminó. Ya pasó, quedó atrás escondida en ese camino que llené de filosas piedras.


Seguir adelante con el Guerrero lo hace, sin mirar atrás; zafándose de las cadenas del pasado, siendo fiel sólo a sus propios principios, sin atarse a tontas emociones que solo apresan el espíritu. ¡Cómo me gustaría lograrlo! pero sólo el Guerrero Sabio puede hacerlo, porque aprendió lo que es el Equilibrio. Siento que soy presa de mi mente, pero mi mente no es normal, está enferma; lucha cada día contra la pureza que encuentra, me molesta con sus preguntas, con sus temores y toda clase de emociones negativas, nefastas que dejan un sabor amargo muy difícil de quitar.


Confianza, equilibrio, templanza, paz espiritual: esto es lo que necesito.







jueves, 21 de julio de 2011

La mente normal: Miyamoto Musashi

Un monje preguntó a un sabio antiguo:


¿Qué es el Camino?. Esta anécdota contiene un principio que se puede aplicar a todas las artes. cuando preguntaron al sabio antiguo qué es el Camino, respondió que la mente normal es el Camino. Esta es en verdad la META ÚLTIMA. Este es el estado en el que han desaparecido todas las enfermedades de la mente y hemos alcanzado una mente normal, libre de enfermedades aún estando entre las enfermedades.

La mente normal no se guarda nada en el corazón, sino que renuncia con ligereza al pasado, de tal manera que le corazón queda vacío y es, por lo tanto, la mente normal.

Enter the Dragon (1973) Robert Clouse




Maestro: Tus habilidades han alcanzado el conocimiento espiritual. Tengo algunas preguntas: ¿Cuál es la mayor técnica que esperas alcanzar?


B. Lee: No tener técnica


Maestro: Muy bien. ¿En qué piensas cuando te enfrentas a tu adversario?


B. Lee: No hay adversario


Maestro: ¿Por qué?


B. Lee: Porque la palabra "yo" no existe. Una buena pelea debería ser como un juego sencillo jugado en serio. Un buen artista marcial no se pone tenso, se prepara. No hay que pensar ni tampoco soñar. 'Se prepara para lo que pueda venir'. Cuando el adversario se expande, yo me contraigo. Cuando él se contrae, yo me expando. Cuando se me presenta una oportunidad, no pego. El golpe sale por sí solo.


Maestro: Debes recordar que el enemigo sólo tiene imágenes e ilusiones detrás de la que oculta sus verdaderos motivos.


'Destruye la imagen y destruirás al enemigo'


El golpe al que te refieres es un arma poderosa que el artista, marcial, que no cumple sus promesas puede utilizar mal.


Durante siglos, se ha conservado el código del Templo Shaolin.


Recuerda: que el honor de nuestra hermandad se ha hecho realidad.


Ahora, dime el mandamiento Shalin número trece.


B. Lee: Un artista marcial debe asumir la resposabilidad de sí mismo y aceptar las consecuencias de sus propios actos.


(...)




"Es como un dedo que señala a la luna, si te concentras en el dedo, te perderás toda esta maravilla celestial".






martes, 21 de diciembre de 2010

Mujeres que matan

Resulta que "ella" es una de las que me ha acompañado de niña, la gran Polly Jean Harvey, constrictora de masas viriles, madre de adolescentes desposeídas que comienzan a experimentar, poetisa con la guitarra al hombro, voz que acaricia y desgarra al mismo tiempo.

Tenía trece cuando conocí a P.J., me dejó con espasmos el "Rid of Me" (1993) por lo que presurosamente busqué "Dry" (1992) y supe lo que era la felicidad. Amiga inquietante de las eternas noches de walkman, y los sueños traslúcidos, te amé desde el primer momento.
Publicado por Malina Sartre

La condición de la madre está presente en cada uno de sus trabajos, ya sea desde lo puramente femenino hasta la incondicionalidad de las que paren con una guitarra entre las piernas.

Por ahora les dejo a una de las Madres, hermanas y salve.



jueves, 19 de agosto de 2010

"Shela Na Gig"



Las Sheela na Gigs (o Sheela-na-Gigs) son tallas figurativas de mujeres desnudas mostrando una vulva exagerada. Se encuentran en iglesias, castillos y otros edificiones, especialmente en Irlanda y Gran Bretaña, a veces junto a figuras masculinas. Un ejemplo muy conocido se halla en Kilpeck (Herefordshire, Inglaterra).

Irlanda cuenta con el mayor número de tallas Sheela na Gig conocidas: en The Sheela-na-Gigs of Ireland and Britain: The Divine Hag of the Christian Celts – An Illustrated Guide, Jack Roberts y Joanne McMahon citan 101 ejemplos en Irlanda frente a 45 en Gran Bretaña.

Se dice que estas tallas guardan de la muerte y el mal. Otras figuras grotescas como gárgolas se hallan frecuentemente en iglesias de toda Europa, siendo común decir que su presencia aleja los espíritus malvados. A menudo se ubican sobre puertas y ventanas, presumiblemente para proteger estas aberturas.

Existe cierta controversia respecto al origen de estas figuras. Un punto de vista, señala que las Sheelas fueron talladas por primera vez en Francia y España en el siglo XI, y el motivo terminó llegando a Gran Bretaña e Irlanda en el siglo XII.


Otra cuestión importante de mencionar, es que casi todas las Sheelas conservadas in situ se hallan en regiones conquistadas por los anglonormandos (siglo XII), mientras en las zonas que permanecieron «irlandesas nativas» aparecen sólo unas pocas. También se argumenta que su ubicación en las iglesias y su fealdad respecto a los estándares medievales sugieren que fueron usadas para representar la lujuria femenina como horrible y pecaminosamente corruptora.

Otra teoría, señala que las tallas son vestigios de un culto precristiano de fertilidad o a la Diosa Madre. Asimismo, se afirma que son diferenciadas en materiales y estilos de algunas Sheelas respecto a sus estructuras circundantes, y que algunas aparecen giradas, para apoyar la idea de que fueron incorporadas desde estructuras anteriores a edificios cristianos primitivos. Hay diferencias entre las típicas figuras exhibicionistas «continentales» y las Sheelas irlandesas, incluyendo la escasez de figuras masculinas en Irlanda y Gran Bretaña, más frecuentes en el continente, donde también aparecen posturas más «contorsionistas».

domingo, 25 de julio de 2010

"Las Hermanas Erinias"


En la mitología griega, las Erinias (en griego antiguo Έρινύες Erinúes, de ἐρίνειν erínein, ‘perseguir’) eran personificaciones femeninas de la venganza, que perseguían a los culpables de ciertos crímenes. También se les llamaba Euménides (en griego antiguo Εύμενίδες, ‘benévolas’), antífrasis usada para evitar su ira cuando se pronunciaba su verdadero nombre. Según la tradición, este nombre se habría utilizado por primera vez tras la absolución de Orestes por el Areópago, y luego se usó para aludir al lado bueno de las Erinias.

En Atenas se usaba también eufemísticamente la perífrasis σεμναί θεαί semnai theai, ‘venerables diosas’. También se aludía a ellas como χθόνιαι θεαί chthóniai theaí, ‘diosas ctónicas’, y se les aplicaba el epíteto Praxídiceas (Πραξιδικαι), ‘ejecutoras de las leyes’. Por último, en la mitología romana se les conoce como Furias (en latín Furiæ o Diræ, ‘terribles’).

Según Hesíodo, -poeta de la Antigua Grecia y autor de "Los trabajos y los días", entro otros- las Erinias son hijas de la sangre derramada por Urano sobre Gea cuando su hijo Crono le castró, lo que les otorga la categoría de divinidades ctónicas (que se refiere a deidades del inframundo en la mitología griega).

Su número suele permanecer indeterminado, aunque Virgilio, inspirándose probablemente en una fuente alejandrina, nombraba tres:

* Alecto (Άληκτώ, ‘implacable’), que castiga los delitos morales.
* Megera (Μεγαιρα, ‘seductora’), que castiga los delitos de infidelidad.
* Tisífone (Τισιφονη, ‘vengadora del asesinato’), que castiga los delitos de sangre.

Epiménides las hacía hermanas de las Moiras, hijas de Crono y Eurínome; Esquilo, hijas de Nix, la Noche; y Sófocles, hijas de Gea y Skotos, las Tinieblas. En la tradición órfica, eran hijas de Hades y Perséfone (este compromiso con el mundo infernal aparece también en la Ilíada).

Las Erinias son fuerzas primitivas anteriores a los dioses olímpicos, por lo que no se someten a la autoridad de Zeus. Moraban en el Érebo (o en el Tártaro según la tradición), el inframundo, del que sólo volvían a la Tierra para castigar a los criminales vivos, sometiendo mientras a torturas sin fin a los eternamente condenados. A pesar de su ascendencia divina, los dioses del Olimpo muestran una profunda repulsión hacia estos seres que no toleran. Por su parte, los mortales las temen y huyen de ellas. Es esta marginación y la necesidad de reconocimiento que implica lo que, en la obra de Esquilo, llevará a las Erinias a aceptar el veredicto de Atenea, a pesar de su inagotable sed de venganza.

Son las encargadas de castigar los crímenes durante la vida de sus autores, y no más tarde. No obstante, siendo su campo de acción ilimitado, si el autor del crimen muere, lo perseguirán hasta el inframundo. Justas pero sin piedad, ningún rezo ni sacrificio puede conmoverlas ni impedir que lleven a cabo su tarea. Rechazan las circunstancias atenuantes y castigan todas las ofensas contra la sociedad y la naturaleza como el perjurio, la violación de los ritos de hospitalidad y sobre todo los crímenes o asesinatos contra la familia. En épocas antiguas se creía que los seres humanos no podían ni debían castigar tan horribles crímenes, correspondiendo a las Erinias perseguir al desterrado asesino del fallecido en venganza, hostigándole hasta hacerle enloquecer (de ahí su nombre latino, derivado de «furor»). La tortura sólo cesaba si el criminal encontraba a alguien que le purificase de sus crímenes. Némesis representa un concepto similar, y su función se solapa con la de las Erinias, con la diferencia de que aquélla castigaba las faltas cometidas contra los dioses. La diosa Niké tenía originalmente un papel parecido, como portadora de una victoria justa. Castigaban el hibris o exceso. Prohibían a los adivinos revelar fielmente el futuro para que este conocimiento no acercara al hombre a los dioses.

Se representa a estas hórridas deidades vengadoras como genios femeninos con serpientes enroscadas en sus cabezas entre el pelo, portando látigos y antorchas, y con sangre manando en lugar de lágrimas en los ojos. También se decía que tenían grandes alas de murciélago o pájaro, o el cuerpo de un perro.

Solían ser comparadas con las Gorgonas, las Grayas y las Arpías debido a su espantosa y oscura apariencia y al poco contacto que mantenían con los dioses olímpicos. Atormentan a los que hacen el mal, persiguiéndolos incansablemente sobre la Tierra hasta volverlos locos. En un sentido más amplio, la Erinias representan la rectitud de las cosas dentro del orden establecido, protectoras del cosmos frente al caos. En la Ilíada privan de la palabra a Janto, el caballo de Aquiles, por culpar a los dioses de la muerte de Patroclo y privan de descendencia a Fénix. El filósofo Heráclito decía que si Helios decidía cambiar el curso del Sol a través del cielo, ellas le impedirían hacerlo.

Un mito cuenta que Tisífone se enamoró de Citerón, y terminó provocando su muerte por mordedura de serpiente, concretamente de una de su cabeza.

Publicado por CASC